No me lo imagino al Intendente Dionisio Scarpín pidiendo una visita para ver a su secretario privado en la comisaría IX°, justo a los mismos policías que seguramente le dijeron que se quede tranquilo en temas de espionaje interno que junto a la Agencia Federal de Inteligencia nadie los paraba.
Estamos en un país donde la gente festeja cuando a un Policía o un Político mueren en accidente de tránsito, por una bala, o un suicidio inducido. Ya que son la raíz del narcotráfico y la delincuencia organizada. Son parte de la guerra entre bandas narcos.
Cuando la rueda empieza a girar después es difícil pararla. Pasan los años y la gente naturalizó a su enemigo. Sabe que no puede confiar y extrañar la presencia de un Policía y un Político. Hasta ya suenan desagradable al pronunciarlos.
El norte de la provincia no escapa a esto, ya que el negocio es la venta de elementos robados, autopartes de motos, robo de grandes sumas de dinero, estafas telefónicas con Bancos o Cárceles de base de operaciones, droga, apuestas, entre otros delitos...
Delitos complejos, son los delitos de los que se encarga por ejemplo la Policía Federal, pero hoy es una red de la que se nutre la política. Y su centro neurálgico está la Agencia Federal de Inteligencia (AFI exSIDE), dialoga y organiza con la Inteligencia de cada sector de las fuerzas de seguridad.
Actual Intendente de Avellaneda "Dionisio", el Intendente de Reconquista "Enry" (El Gerente de ASSA por el que la mujer está a punto de perder campos y vacas), "Alberto Fernández", El "Chacho Marcon". Son el problema de turno, pero el problema está identificado.
Creen en la impunidad, pero eso no existe en Argentina, Néstor Kirchner está muerto, Miguel Lifschitz también, y tenemos cientos de policías muertos o presos. Que nadie los extraña...
El caso del Secretario privado del Intendente DIONISIO SCARPIN de la ciudad de Avellaneda Santa Fe:
Está detenido Marcelo Eduardo Galaz que fue imputado de abusos sexuales con acceso carnal, abusos sexuales gravemente ultrajantes, reiterados en el tiempo en número indeterminados de veces, agravados por causar daño grave a la salud mental de la víctima; y promoción de la corrupción de menor de edad, agravada por la edad de la víctima, quien -según la imputación- tenía 4 años cuando comenzaron los primeros abusos.
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