Que la vida siempre me
encuentre un poco abnegado y otro poco temerario…
Domingo, faltan dos horas para
el amanecer y “Juanita” mi querida madre me despierta para avisarme que mi
hermana “Naty” ya está en camino desde su casa de Avellaneda. Viene para
acompañarme y trasladarme al Puerto de Reconquista. Previo a esto un desayuno
liviano.
En el Puerto espera la
“Balsa”, es un buque tipo transbordador llamado “Cynthia” con una eslora de
42,12 metros, una manga de 12,29 metros y con solo 1,46 metros de calado. El
servicio que presta es de transporte, puede llevar varios camiones, vehículos
particulares y decenas de personas en un ambiente climatizado. Comprobado por
mí, la estabilidad es total aún con vientos y esta no es la primera vez que me
subo a una balsa. En la anterior oportunidad fue para pasar con vientos fuertes
el Estrecho de Magallanes. Así que se puede decir que tengo cierto cariño y
respeto por este tipo de embarcación. Una de sus cualidades son sus dos motores
diésel que desarrollan unos 850 HP.
No hay un amanecer más hermoso
que aquel donde el Sol con tonalidades de rojo y naranja se refleja en el agua.
Tenía la oportunidad de observarlo mientras navegábamos en el sinuoso Río San
Jerónimo. A las dos márgenes del río una densa vegetación con abundantes
camalotes, probablemente arrastrados hasta ese lugar por la crecida en estas
últimas semanas. Lo que llama la atención del río en ese sector es pasar desde
lo inhóspito del monte bravo en su máxima expresión a las cabañas y quinchos
urbanizados con alumbrado y muelles privados. Pero solo hasta la próxima
crecida extraordinaria, donde la naturaleza del río reclame esos terrenos. La
única recomendación es, a la mañana temprano, no dejen abierta las ventanas de
la balsa, se van a salvar de un ejército de mosquitos hambrientos que vienen
por su sangre calentita.
Luego de dormitar un poco en
el asiento me doy cuenta de que estamos pasando ya por el Paraná que en voz
guaraní significa “pariente del mar”. En dicho sector hay una extensión de algunos
kilómetros. Importante es su profundidad, ya que es usado por otros buques de
carga que lo navegan por su canal principal permanentemente. Hoy la tecnología
satelital no solo permite seguir las condiciones climáticas y de navegación en
el río. Además de la localización en tiempo real de múltiples embarcaciones.
Todo esto para minimizar los riesgos de las personas y las cargas.
Llegamos de forma puntual al
Puerto de Goya, Corrientes. Esa ciudad que vemos el reflejo de sus luces en las
nubes por las noches. No estamos tan lejos… El camino del Puerto a la ciudad me
toca pedalear, son solo 8 km al centro de la ciudad, para un deportista
recreativo no es nada. El camino con pavimento duro, en sus laterales las
casitas humildes de madera. Lo que me llama la atención es que, a pesar de ser
precarias (pobres e indigentes hay en todo el país, yo soy uno para los datos
del INDEC). Estas tienen una construcción como las casas de la forestal, las
tablas se apilan lateralmente de forma ascendente, como ver una escalera. Lo
que no permite al agua penetrar la pared cuando llueve. Una buena idea para
remplazar la lona de poliéster de muchos de nuestros quinchos en el río, hasta
es más ecológico…
Luego de pasar el Regimiento
de Goya, donde se encuentra el Batallón de Ingenieros Monte 12 (Fuerte Ñaembe).
Le pregunto a dos adorables adultos mayores qué calle es la más directa para
llegar a Plaza Italia y me indican con amabilidad que es justo esa “donde
estaba parado”.
Ya en el Apart Costa Goya
conocí a Vanina Stortti y Matias Mañanes, integrantes del grupo Modo Running
que entrena el Director de Deporte Fernando López Torres (todos tenemos dos
trabajos). Las características del Apart Hotel es que tiene sala de estar, un
patio hermoso con plantas, césped, pileta hay asador en un quincho, ascensor,
habitaciones amplias, con frigo bar, sofá, amplias camas, led, aire
acondicionado... En particular mi experiencia con la pava eléctrica, feliz
porque te calienta el agua en un minuto y se apaga sola, enamorado de esta
maravilla de la tecnología, pude hacerme un té con un sobre “vit” antes de la
carrera porque venía en el proceso previo a un resfrío. En la competencia les
contaba a los otros corredores de Reconquista, Martin Leiva y Leonardo Obredor,
pero nadie parecía entender la importancia que yo le daba a la pava eléctrica,
en fin… Se la pierden…
El fin de semana de
competencia comenzó el sábado y continuó el domingo. El primer día con carrera
de infantiles y posta. El segundo día con categorías Promocional, Super Sprint,
Sprint MTB y Rueda Fina. Las dos primeras largaron con algunos accidentes
porque el circuito callejero presenta esos inconvenientes hasta en las pruebas
europeas, pero no hay que dejar de prestarle atención y educar a los
conductores de autos y motos. La organización en general fue espectacular,
mucha gente del municipio comprometida con el evento. Para la largada del
Sprint final de MTB y Rueda Fina el oleaje era importante. Felicito a la
organización por asumir riesgos junto a la Prefectura porque otras Asociaciones
deportivas prefieren suspender con tal de no trabajar demás… y justamente esas
Asociaciones son la que superan los mil pesos de inscripción a los eventos y
son las que menos actividades organizan en el año y quieren tener socios para
generar ingresos seguros…
Se formó una retroalimentación
entre los competidores de Goya y Reconquista, un apoyo mutuo, muchas caras
conocidas de atletas con los que nos vemos en Corrientes en similares
Triatlones. Hay que destacar la buena onda de los guardavidas, la escuelita de
kayaks, los particulares con sus lanchas, pero sobre todo la Prefectura Naval
Argentina.
En la etapa de ciclismo el
viento fue donde más se hizo notar, en mi caso no permitiéndome poner el último
piñón de la bici salvo por 4 cuadras cada vuelta. La fuerza ya venía del
público que alentaba cada vez que nos veía pasar… Venía tercero en la General
de MTB, pero el ciclista de MTB que perseguía me sacaba más de un minuto de
ventaja por vuelta, eso puede desalentar a cualquiera. Lo que yo no sabía era
que estaba restándole el mismo tiempo al puntero. Así que gran trabajo de Julio
Fernandez que finalmente se quedó con el primer puesto.
A pocos metros de dejar la
bici en el parque cerrado y corriendo sobre arena con un dolor en la cintura
tremendo, me lo cruzo al puntero de Rueda Fina Walter Molina y un rato más
tarde a la puntera femenina de Rueda Fina Paula Marti. Dos atletas de
Reconquista.
Para mí la etapa más difícil
de un triatlón es la transición de la bici al pedestrismo. Por eso practico ese
combinado. Una buena sorpresa para mí fue descubrir entre la vegetación de la
costa, la vista del río, la tarde en donde el sol ya casi caía en el horizonte
a un grupo de chicas y chicos que tocaban tambores a un ritmo que estimulaba la
carrera. Todo eso cuando pensaba que estaba solo en el camino un estímulo, un
aliento, una caricia al alma del corredor…
Sprint final, faltan solo
trecientos metros y va corriendo un señor que lo tuve toda la carrera al alcance,
pero participa en Rueda Fina. Solo por el hambre a sangre que tenemos, tiro un
pique final para demostrarle que vine a dejar todo y que si no se apura pasaba adelante.
Por supuesto que se dio vuelta y al mirarme mis ojos encendidos, corre
desesperadamente para alcanzar la meta a pocos metros de él. Ese señor me
enseñó que tiene camaradería al no saludar a nadie para esperarme y recibirme
con un abrazo. Entre participantes hay respeto. Porque en la carrera no hay
jerarquías, somos todos iguales.
La premiación ya de noche con
una banda de fondo, algunos chicos festejaban con cervezas y baile en la playa.
Me quedaba la mañana del lunes, luego del abundante desayuno del Apart Hotel salir a caminar por la ciudad y disfrutar de sus plazas, costanera, el microcentro… Por la tarde embarqué y ya en el Puerto de Reconquista recorrí los últimos kilómetros en mi bici hasta mi casa.
Un fin de semana
extraordinario en Goya, Corrientes, nuestra ciudad hermana del otro lado del
Paraná. Espero volver algún día a disfrutar del lugar. Si te cruzas con algún
correntino que no dice “chamigo” o “si pue” es un trucho, ese no es correntino.
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