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miércoles, 8 de mayo de 2013

Misiones Jesuitas en Argentina



Los primeros Jesuitas provenían del Perú. Sus registros datan del 26 de noviembre 1585. Fueron recibidos en Santiago del Estero por el Obispo de ese lugar.
Luego en 1607 se pusieron en marcha tres misiones, que dependían de lo que hoy es Paraguay y abarcaba hasta el Río de la Plata. En esta parte del mundo conoceríamos a la “Compañía de Jesús” fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola, español nacido en Vizcaya. En ese entonces se inician las Reducciones con aprobación del entonces Gobernador del Área Colonial del Río de la Plata Hernando Arias de Saavedra y el Obispo. 
Las misiones fueron: La de los guaycurúes, la de los tapes del norte y la de los guaraníes al sur. Hubo más de 30 reducciones en el litoral según Guillermo Furlong Cardiff.
Podemos decir que los jesuitas es una orden religiosa de la Iglesia católica. Pertenecían a una religión Jerarquizada y que mantenían una organización altamente disciplinada. Normalmente los misioneros, están predispuestos a ir donde la Iglesia Católica o el Papa más los necesita, esto significó siempre frontera o algún extremo del mundo. Sus votos son “obediencia, pobreza y castidad”. Su formación comienza con el noviciado que dura dos años. Tienen un grado avanzado de formación intelectual, no solo en humanidades, filosofía y teología. Dominan artes y saberes en carpintería, la economía doméstica y astronomía.
El Jesuita era uno los pocos que conocía el guaraní, o aprendía la lengua del nativo que le tocaba evangelizar.
Recordemos que la Iglesia Católica es la primera en abrir una Universidad en esta región. Esos conocimientos fueron puestos en práctica al ser los primeros en la explotación y manejo agrícola como también el minero en Sudamérica. El sociólogo Max Weber resaltaba el “carisma” y “misión” como terea íntima. Podemos mencionar que no aspiraban a cargos eclesiásticos, trabajaban de forma accesoria para procurarse la comida y no como fin de riqueza.
Otra característica era la “ascética” doctrina por la cual purifican el cuerpo frente a la negación de los placeres. Esta doctrina se encuentra en otras religiones como el Budismo o el Islam.
Las prácticas de confesión, prueba de obediencia y ejercicios espirituales eran habituales. En este marco juega un rol importante la disciplina del método.
El origen de los jesuitas era amplio, lo que hacía que en circunstancias especiales eso jugara un papel importante, los jesuitas estaban conformados por españoles, portugueses, alemanes, a partir del siglo XVII se integraron misioneros de Países Bajos, Bohemia, Italia, Baviera y Francia.
Sudamérica por ese entonces estaba intentando ser colonizada por españoles, portugueses y criollos. Algún incipiente poblado en el norte del continente por Inglaterra. Más un condimento local, el Indio como se lo llamaba por esa época, eran los pobladores de la tierra. Los nativos recorrían a píe grandes distancias ya que eran nómades en sus propias regiones de influencia, Pero hábiles nadadores y pescadores. Hacedor de sus propias embarcaciones, no dejaban de explorar las islas que tenían al alcance.
El choque de las dos culturas no fue nada liviano para el nativo en América. El aborigen fue presa de su invasor. El español buscaba un premio en el nuevo continente. El Jesuita reducirlo a la religión. Un mismo colonizador con diferentes objetivos y formas.
En 1531 el Papa Pablo III emitió una bula, declarando a los indios pertenecientes a la especie humana y en virtud de ello. Libres de esclavitud. El Consejo Imperial Español para las Indias Occidentales se pronunció en igual sentido.
Eso no quiere decir que el trato a los nativos pudo ser bueno en todo sentido… En esa época a los “indios” se los cazaba en “malocas”. Verdaderas caserías a caballo de los nativos quienes tuvieron su levantamiento en 1560 contra los españoles, siento aniquilados.
El 27 de mayo de 1582 el Rey Español Felipe II redacta dos cedulas idénticas. Una para el Gobernador del Río de la Plata y otra para el Obispo.
Que narran.
…los tratan peor que esclavos y como tales se hallan muchos vendidos y comprados de unos encomenderos a otros, y algunos muertos a azotes y mujeres que mueren y revientan con las pesadas cargas y a otras, y sus hijos las hacen servir en sus granjerías y duermen en sus campos y allí paren y crían mordidos de sabandijas ponzoñosas, y muchos se ahorcan y otros se dejan morir sin comer y otros toman yerbas venenosas y que hay madres que matan a sus hijos pariéndoles, diciendo que lo hacen para liberarlos de los trabajos que ellos padecen…
Recordemos que los españoles ejercen “tutela” en carácter de “encomendaderos” ya que los nativos estaban declarados de “incapaces”. No disponían de derecho a la tierra.
No sabemos si es correcto hablar del exterminio o genocidio en masa más grande de la historia de la humanidad. Registros sacerdotales hablan de una desaparición de más de 15.000.000 de indios en América.
Es importante destacar el marco en el que se desempeñaron los jesuitas… Cuál fue la función que llevaron adelante con los nativos del lugar y más tarde con los esclavos negros que también aparecieron en el continente producto de tener en el puerto del Río de la Plata el mercado de esclavos más importante de Sudamérica.
Encomiendas año 1607 contaban con 700 españoles y 24.020 nativos. Por otro lado, Misiones, año 1647, jesuitas 175, nativos 28.714.
Independientemente de tener una evaluación a rigor sobre las costumbres ancestrales de los aborígenes las que sin dudas tuvieron que abandonar y las impuestas por los sacerdotes.
El trato que se procuró por parte de los jesuitas hacia los nativos fue el siguiente. Primero aquél nativo que voluntariamente se evangelizaba quedaba exento de pagar tributo al Rey por una década y estaba dictada por cédula real.
La organización de los pueblos era con una plaza cuadrada o rectangular en su centro, la iglesia a un lado, la casa de los misioneros, el cementerio, la casa de las viudas, las escuelas, los talleres y depósitos de frutos. Un poco más apartado las casa de los nativos, que eran de ladrillos o piedras, con techos a dos aguas que se extendían hasta las veredas donde estribaban en columnas de piedra o madera.
Cada familia tenía una pieza grande con o sin divisiones internas, cocina y despensa. La casa de los misioneros no contaba con lujos. Salvo la cerca o estacada que constituía una clausura religiosa.  
Los jesuita impusieron una disciplina monástica a los indígenas que tenía que ver más con no tomar alcohol y cuidar los desenfrenos públicos… No estaban obligados a asistir a la misa, pero si al trabajo. Los Jesuitas intentaban por todos los medios excluir de la participación del gobierno de los pueblos a los españoles y criollos. La organización de los mismos contaba con Corregidor, Alcalde, Teniente, Alférez, Alguacil, Procurador y Escribano. En lo posible el juez recaía en algún Padre. En las reducciones de los Jesuitas los indígenas si podían tener una parcela de tierra, explotarla y quedarse con sus beneficios. También eran incentivados a trabajar otra parcela de tierra en común, para acopio de esos cultivos. Aprendían sobre economía, castellano, a leer y recitar el evangelio.
En los pueblos fundados por Jesuitas había bibliotecas públicas, casi nada de analfabetismo. Tuvieron prensa en 1700, unos 75 años antes que en Córdoba y 80 años antes que en Buenos Aires. Los caracteres como las tintas fueron confeccionados por los mimos nativos. Por ejemplo en 1705 se publicó el libro de Nieremberg “Diferencia entre Tiempo y lo Eterno” traducido al guaraní e ilustrado. Se hacían muchas otras publicaciones como efemérides, calendarios, astronomía, diversas obras de puedad o ascética.
La arquitectura fue otro de los logros de la generación jesuítica-guaraní, era Romántica, Elena y Barroca. Pero no Gótica.
Lo único que empaña el manejo de los Jesuitas fueron dos epidemias de viruela, de 1731 a 1734.
El contraste era emblemático, uno de los desarrollos socio-culturales y religiosos más importantes de la humanidad producidos por y con los nativos. Lo que parecía una utopía por lejos lograda…
En ese entonces la primera Misión del litoral-Argentino era la Jesuítica-Guaraní, la de “San Ignacio Miní” que se había ubicado a la margen del río Paranaimá en su segunda fundación 1632. Ya que, donde estaban anteriormente en el Estado de Paraná (Brasil). Sufrían ataques por parte de los “paulistas o mamelucos”. Estos con el fin de secuestrar indígenas y provisiones de las misiones y reducciones.
El ataque permanente que recibían las reducciones por parte de lo que hoy es Paraguay o Brasil, y algunas veces otras tribus o los mismos españoles, llevó a estos a formar ejércitos.
En 1640 el Rey de España dispuso que los indios se pudieran armar para defender sus reducciones de los ataques de los paulistas. Tal era la disciplina de estos y el beneficio como soldados, que los gobernadores los usaron también, en 1665 Santa Fe. Bajaron 350 indios guaraníes para dominar a los indios calchaquíes. También se los usó contra los neengás.
A principio de 1680 Don Manuel Lobo quien fuera Gobernador de Río de Janeiro, se presentó con 5 navíos en el Río de la Plata. El Gobernador de Buenos Aires pidió apoyo, y fue el Jesuita santafesino Cristóbal Altamirano con 3000 indios a su socorro. Cada 100 nativos se hizo una compañía que contaba con su Capitán, Alférez, dos Sargentos con sus respectivos estandartes y tambores. Sin dudas fue rechazado el ataque extranjero.
En el norte de la provincia de Santa Fe, las reducciones trajeron paz que no se conseguía con los incesantes ataques de los guaycurúes, especialmente los más hostiles que eran los abipones. En San Javier 1743 y en San Jerónimo del Rey 1748.
Hay estudios más precisos son del jesuita Martín Dobrizhoffer originario de una localidad germana llamada Friedberg, Alemania Occidental. Quien sirvió en la reducción de San Jerónimo del Rey.
La reducción Originariamente en la actual ciudad de Avellaneda. Se fundó con la presencia del Teniente de Gobernador de Santa Fe, Francisco de Echagüe y Andía, el rector del Colegio de los Jesuitas también de Santa Fe. Luego que se fueran los jesuitas pasaron los mercedarios y los Franciscanos, finalmente en 1818 los tobas atacaron con gran violencia, pasando por cuchillo a casi todos.  Luego fue trasladada al centro de lo que hoy es Reconquista, y ese predio se lo conoce como “manzana histórica”.
En agosto de 1768 los Jesuitas se retiran de América, por orden del Rey de España. En su remplazo pusieron otros sacerdotes que en muchos casos ni siquiera conocían el idioma de los nativos. O eran directamente dejadas de lado por el Rey y el Gobernador.
Lo triste fue que los nativos no abandonaban las misiones o las reducciones, dominadas por los ataques, e incluso el deterioro de las mismas por el paso del tiempo.
Así fue como los pueblos en las márgenes del Paraná caen en la miseria, de 1767 a 1810 fueron varias las invasiones incluso las lusitanas, sobre la Banda Oriental. Lo que llevo al Gral. Artigas a usar indígenas para recuperarlas.
En 1836 Rosas autoriza el regreso de los jesuitas y les entrega el colegio de San Ignacio. Pronto Rosas entró en conflicto con los jesuitas y les quita el Colegio. En 1843 Rosas ordenó que los jesuitas fueran expulsados de Buenos Aires por no exhibir su retrato durante la misa ni hacer propaganda política a favor de la Federación y en 1848 los expulsa de todo el país. Los jesuitas regresarían para permanecer definitivamente en Argentina en 1854.
Al 1 de enero de 2009 los jesuitas en el mundo eran 18.516. De ellos, los sacerdotes son 13.112, los escolares (jesuitas preparándose para el sacerdocio), 3.705 y los hermanos (jesuitas no sacerdotes), 1.699.
A lo que podemos agregar un hecho impensado… Bajo la renuncia del Papa Benedicto XVI por serios problemas de salud. Así se comentaba…
Tras 26 horas de cónclave, el mundo ha recibido una esperada noticia: la elección del sucesor de Benedicto XVI y, por tanto, vicario de Cristo, la roca firme sobre la que se asienta la Iglesia católica.
En un mundo secularizado en el que se nos hace creer que la fe es algo superado y los católicos son marginales, la expectativa ha sido máxima, con más de 5.000 periodistas acreditados en Roma. Y pasados unos minutos de las 19 h. del 13 de marzo la fumata era blanca anunciando que ya había Papa. Y pasadas las 20, 00 h. el mundo se convulsionaba con una noticia inesperada para periodistas, eclesiásticos y fieles: Jorge Mario Bergoglio, cardenal de Buenos Aires, era el nuevo timonel de la barca, el sucesor del pescador de Galilea con el nombre de Francisco.
EL PRIMER PAPA AMERICANO Y JESUITA. Ahora lleva el nombre del creador de la orden franciscana.







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