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El verdadero origen de la ganadería Argentina
Comienzo por mencionar a nuestro autor Don Nelvar Esteban
Raffín. Cuarta generación de productor ganadero de nuestro norte Santafesino.
Nació en Reconquista, pero su niñez y adolescencia transcurrió en Arroyo
Ceibal (Santa Fe). Es dirigente gremial
hace 40 años.
Cargos que desempeñó: Presidente de la Sociedad Rural de
Reconquista. Sociedad de la que ocupó casi todos los cargos de la comisión directiva.
Fue secretario de gobierno en la intendencia de Don Carlos Fabrissín. También
participó como Vicepresidente de CARSFE (Confederación de Asoc. Rurales de Sta
Fe). Co-fundador de CORENOSA (Consejo regional del norte santafesino) Junto a
otros destacados dirigentes del norte; como Don Ireneo Faccioli.
En la Actualidad: Es pro-secretario
de la Sociedad Rural de Reconquista. Vocal 2º y Delegado al Consejo Nacional de
CRA (Confederaciones Rurales Argentinas).
Entre muchas otras actividades de las que también
participa en su permanente exposición frente a las inquietudes que surgen del
sector ganadero de nuestro norte Santafesino.
Quien gratamente aportó tan rica historia, que va más
allá de una hipótesis, para convertirse en una aventura que nos transporta en
el tiempo sobre los orígenes de nuestra
ganadería. Este recurso tan preciado, tanto por su consumo, como por su riqueza
genética, para nuestra región y el mundo.
Esta historia que
nace a mediados del siglo XVI tiene de marco una España expansionista, pero la
que a su vez, atravesaba una situación económica especial. Las finanzas
eran catastróficas tras la última guerra con Francia. Su deuda ascendía
a 7 millones de ducados.
Por otro lado, en América, entre 1540 y 1550 la presencia
hispana se había extendido desde California al Río de la Plata, aunque la
colonización fue bastante superficial en el estuario de la Plata, la península
de Florida y el Caribe, destacando por su importancia el puerto de Cartagena de
Indias, en la actual Colombia.
La población
emigrada a las Américas se estima en más de 150.000 almas. La población de
Francia era entonces de 15 millones y la de España de 6,5 millones.
Así se inicia el relato sobre una fatídica travesía que
desencadena en la aparición del ganado en nuestras tierras. Hecho que surge, ni
más ni menos, desde la visión y el heroísmo de una mujer. [Editor/s]
Estoy convencido que
el origen de la ganadería argentina es debido a una extraordinaria y valiente
mujer. Doña Mencía Calderón de Sanabria y no como se cree por el escape de algunas vacas del destruido
asentamiento fundado por Don Pedro de Mendoza en lo que es hoy Buenos Aires.
Este precario enclave de una manzana de extensión que tuvo lugar en marzo
de 1536, se la llamó Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire.
Esta incipiente
fundación de Don Pedro, fue asolada y sitiada por los belicosos aborígenes del
lugar (Querandíes). Y fue tal el hambre que sufrieron esos primeros pobladores
que incurrieron en actos de antropofagia, mejor conocido como canibalismo.
De tal modo, dos
personas que habían sacrificado un caballo para comer fueron condenadas a la
horca por ese motivo. En horas de la noche desaparecieron los cadáveres de
estos dos famélicos, que a su vez corrieron con el mismo destino del desdichado
corcel. En tales circunstancias resulta imposible creer que alguna vaca podría
haberse escapado. Teniendo en cuenta que el poblado estaba completamente
rodeado, por una empalizada.
Existía entonces una
población de españoles en lo que es hoy Asunción del Paraguay, compuesta
fundamentalmente por aventureros que había llegado hasta allí en busca de la
ciudad “dorada”. El Dorado, donde se creía que existían enormes yacimientos de
oro y plata, según versiones de los aborígenes de la época.
Los pobladores de
Asunción eran reacios a los mandatos del gobierno monárquico de España y
subsistía de acuerdo a sus propias reglas, era pues una anarquía.
Para solucionar esta
situación el Rey Carlos I designo Adelantando a Don Juan Sanabria que tenía
como misión, establecer la autoridad del Rey en Asunción, quien falleció poco
antes de la partida. Su hijo Diego que en ese entonces transitaba su
adolescencia heredó el nombramiento, pero quien de hecho comandaría la
expedición sería entonces Doña Mencía, su madre; la que finalmente asumió
tamaña responsabilidad.
Zarparon el 10 de
abril de 1550, con tres naves al mando de Don Juan Salazar y Espinosa (Fundador
de Asunción del Paraguay el 15 de agosto de 1537, quien también participó de
la expedición a sus 27 años con Don Pedro de Mendoza), Esa extraña expedición
estaba compuesta en su mayoría por mujeres, cincuenta en total y tenían el
propósito de traer españolas para el asentamiento de Asunción, que a la fecha
no tenía mujeres españolas y los pobladores procreaban abundantemente con
nativas aborígenes, motivo de escándalo para esa época en la corte española.
Componían además la
expedición sus dos hijas y sus respectivos maridos. Sin dejar de lado la
importante compañía de “siete vacas y un toro” para iniciar la ganadería en
Asunción a su llegada. Nueve meses duró la travesía marítima, fueron azotadas
las naves por fuertes tormentas además de enfermedades que diezmaron la
tripulación. De la flota dos naves ser perdieron. En tales circunstancias el
comandante de las naves que trasportaba a Doña Mencía decidió no continuar y la
abandono junto a los expedicionarios en las costas de Santa Catarina (Brasil),
territorio ya ocupado por Portugal.
Frente a esta
situación, esta extraordinaria mujer decidió entonces atravesar a pie cerca de
trescientas a cuatrocientas leguas (algo así como 1300km), de selva, montañas,
calor, aborígenes como los guaranís, desconocidos y fieras tal vez peligrosas.
Contrató un baqueano Díaz y en los comienzos de 1552 inicio la travesía.
En la travesía
nacieron dos de sus nietos, Hernando de Trejo y Sanabria, este último fundador
años más tarde, ya convertido en Obispo, de la Universidad de Córdoba de
Tucumán. Hernando Arias de Saavedra (quien posteriormente se unió en matrimonio
con la hermana de su cuñado, llamada Jerónima de Garay y Becerra Contreras
Mendoza, hija de Juan de Garay quien fundó, entre otras, las ciudades de Santa Fe y Buenos Aires, la actual capital de Argentina, esta última en su segunda fundación
definitiva). Hernando, más conocido como Hernandarias, llego a ser Gobernador
del área colonial Río de la Plata; siendo el primer nativo de América designado
para ese cargo, el que ocupó por tres períodos.
Doña Mencia y su
caravana demoraron alrededor de dos años para llegar a Asunción arreando
consigo su “hato”. A su llegada desconocieron su autoridad y fue encarcelada
por un tiempo. Dejada después en libertad no reconocieron a su hijo Don Diego
como Adelantado. Con el tiempo las circunstancias cambiaron, tanto su figura
como la de su familia fue reconocida, admirada… Por su audacia, y su valentía.
De acuerdo a mi
criterio, este es el origen de la ganadería Argentina que descendió de lo que
es hoy Paraguay. Ganado “criollo” que en el transcurso de cuatrocientos años de
procreo en nuestras tierras se adaptó y fue adquiriendo inmunidad a parásitos
externos como la garrapata o más resistencia a otras enfermedades como la
aftosa, compite con el ganado cebuino, resiste largas jornadas con altas
temperaturas, pastea sin dificultad en terreno inundado, puede trasladarse
caminando varios días en busca de comida o por arreo, que en muchas casos, aún
hoy en día, no obtienen otras cruzas o razas como el Hereford y Shorthorn por
nombrar alguna.
Lo que convierte a
nuestro ganado “criollo” en una especie idealmente adaptada para nuestro norte
santafesino cada día más tropical. Actualmente se está tratando de
rescatar esas bondades en el INTA, en un reciente proyecto para aislar el gen
de esas "inmunidades" y ventajas de adaptación e insertarlas genéticamente
en cruzas de mayor aptitud cárnica. [Nelvar Esteban Raffin]
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