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sábado, 15 de febrero de 2014

Sprint de Triatlón 2014 Puerto Reconquista


Comienzo con un breve introducción de lo que fue la cena de camaradería el sábado 9 de febrero en el Reconquista Tenis Club, con la presencia de buena parte de los atletas. La mejor forma de distenderse antes de una competencia, interesante propuesta de los organizadores.
Que esto no sólo sea un evento de competencia, sino además un evento de cordialidad, amistad y respeto. Por supuesto que la cena estuvo acompañada de momentos de risas, como también de una mala noticia al enterarnos de la muerte de un hermano deportista del aire, Arnaldo de 34 años que cayó con su parapente río abajo del lugar donde al siguiente día se llevó a cabo la competencia.


En mi caso me pregunto: son completas las medidas de seguridad de una persona que sobrevuela el río. Podrá cortar las amarras que lo sostienen? Podrá flotar si cae al agua? Es necesario saber nadar? Sabrá llevar adelante maniobras como nado sub-acuático? Deberíamos hacernos estas preguntas y nunca bajo ninguna circunstancias dejar de hacerlas. Ignorar una tragedia pensando que es causa del destino o “mala leche”, es el peor error en el que podemos caer… Sobre todo cuando se trata de un deporte tan lindo como es el parapente.






El domingo se llevó adelante el tan esperado Sprint del Triatlón. El lugar elegido en este caso fue el Parador de Nos, un poco más de 200 mts, río abajo de donde fuera la anterior salida el año pasado (Club Náutico). Este cambio de marco generó una nueva configuración para los participantes, otras emociones, otros desafíos, otros recursos en la orientación, otros matices y condimentos.  
Cada nueva experiencia genera adquirir nuevos conocimientos sobre el terreno. El recorrido de la primera etapa sumaba más o menos 1200 mts. En el agua hubo buena cantidad de participantes. Mujeres y hombres de varias provincias (Corrientes, Chaco, Córdoba, Santa Fe, etc…) dispuestos a “cortar” las aguas del Río San Jerónimo como se denomina enfrente del Puerto de Reconquista. Desde la isla del medio tenemos unos 400 mts de ancho (casi en la unión de los dos brazos del río).
En esta oportunidad, mi segunda competencia de “aguas abiertas”, me tomé el atrevimiento de hacer la parábola más abierta de lo conveniente, desperdiciando los pocos segundos que hubiera ganado cortando de forma perpendicular el canal principal para acercarme a la costa más rápido. De esa forma tendría más tiempo corriente a favor a mis “seis en punto” o por detrás. No como me pasó en realidad, ya que al abrirme más, apuntando de forma recta a la salida del “Parador”, tuve mayor tiempo corriente cruzada.  Esto hizo que tuviera que tirar con desesperación y frenesí toda la potencia que no sabía que tenía en los últimos 150 mts, solo con la esperanza de no pasarme de largo y terminar saliendo en el circuito de pedestrismo, 5 km río abajo.
Me sentí como si fuera la primera vez que me tiraba al río a nadar… Por suerte y para mi triste vanidad hubo competidores que se pasaron un poco… Lo que se puede interpretar como una mala estrategia, falta de orientación y en algunos casos error de cálculo… Eso también hace al triatlón, y se ve en todos los deportes. Saber que las decisiones que uno toma, pueden resultar en malos efectos que nos van a traer inocentes consecuencias ya que todo el tiempo estuvimos acompañados por nuestros hermanos de canotaje (que son nuestro salvavidas a cuesta) y las lanchas de particulares (con guardavidas arriba), más las de Prefectura. Esta experiencia que tuve con una duración de más de 13 minutos me terminó sorprendiendo y divirtiendo bastante (además de arrancarme algunos gramos de energía y sudor).















 
















La alimentación de un atleta, tiene que ser saludable y algo que no debemos descuidar sobre todo es la cantidad de agua que consumimos… Entre los participantes tuvimos algunos con recaída por deshidratación, caída de los niveles de azúcar, etc… Podemos responsabilizar a una Sensación Térmica superior a los 35 ºC, pero estas son las condiciones en las que corremos en verano. De todas formas una buena parte de los atletas, entre guardavidas y otros particulares presentes disponían de conocimientos en primeros auxilios, salvataje y RCP (cuando salimos al río nos cuidamos entre todos)… En caso de ser necesario eso aporta de forma inmediata una mano al colega en problemas. No fue necesario ya que actuaron directamente las ambulancias retirando a los deportistas que sufrieron alguna descompensación hasta un centro de salud para ser monitoreados mientras éstos se recuperaban (con una historia para contar cuando llegaran a sus hogares: _Como fui perseguido por un tiburón y me deshidraté. _Me cayó mal el desayuno de calamares que comí antes de salir. _No usé protector solar a las 8:30 hs de la mañana.  etc…)
Todos tenemos lo que yo llamo nuestros “límites parciales”, y estamos haciendo esto para descubrirlos!



En la etapa de ciclismo y posta (mi causa, mi junta, mi co-equiper, mi team) me esperaba preguntándose si me había pasado de largo. O mejor dicho, qué me había pasado que no salía del agua… Ya con el número en la mano que yo le dí, corrió para subirse a la bicicleta y salir pedaleando.
Anécdota contada por él. Laky: “Venía tara tara tara tara pedaleando un rato más fuerte, aflojaba un poco, más fuerte, aflojaba un poco, tara tara tarara…. Pasando mucha gente (en realidad recuperando lugares que el “Ari” perdió). Cuando de repente me pasó alguien volando… What… Qué pasó acá… Miro mi bici, que pasa, no saque la velocidad crucero… Donde está el error!!! Y descubro que venía en un piñon más chiquito… Lo cambio y lo paso a los pocos metros para venir delante de ese ciclista hasta el final…” Lo contó con una gran sonrisa de satisfacción…
El corredor verde por donde circulan los ciclistas es una ruta de asfalto muy linda, abrazada por árboles en las dos manos. Con algunos puentes donde se ven espejos de agua a sus lados, pájaros de todas las especies, arañas que arman grandes telarañas en algunos sectores, dan un marco especial, como si la civilización se mantuviera alejada de ese lugar.




En la tercera etapa nuestro pedestrista toma la posta corriendo a toda marcha que es algo que sabe hacer muy bien. Cuando vi a Cristian no podía decir mucho, estaba exhausto como todo tipo que puso toda la “carne al asador” y no se guarda nada. Porque corre por su propio orgullo. Los pedestristas muchas veces corren solos y la motivación nace de su propia conciencia, esa voz que nos acompaña y nos dicta en nuestra propia cabeza. Luego de un respiro y una botella de agua nos pudo contar que el terreno era firme. Suficiente para saber que corrió sintiéndose cómodo (si no hubiéramos tenidos lluvias el último mes, tal vez hubiera parecido más un Dakar que un triatlón, ya que es una zona de mucha arena). El río también se vio favorecido…








Para sintetizar un poco el marco de la competencia, hubo buen acompañamiento de público muy familiar, el lugar con sombra, el pasto cortadito, arena en la costa, los kinesiólogos, las promotoras simpáticas (daban una mano con las medallas, la fruta y las bebidas para los atletas), los organizadores que son atletas a la vez y aportan de su propios bolsillos, algún apoyo extra institucional, hacen de este triatlón un poco más que un evento amateur. El evento del verano, nuestro Triatlón del Nordeste. Diseñado, planificado, charlado por y entre todos los participantes para que salga de la mejor forma posible.
Cuando veo un evento con mucha voluntad como éste, que prospera, tengo la loca o atrevida idea de pensar que hay muchas otras cosas que se pueden hacer de igual manera…
















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